Honduras en un hondo problema: Las Consecuencias #crisishn

Quizá tan interesante como lo que sucedió en Honduras el pasado domingo 29 son las repercusiones de esos sucesos. Desde la inmediata respuesta de los países miembros de la ALBA, hasta las negociaciones internas de la OEA y la ONU en el ámbito internacional y las cada vez más incómodas situaciones dentro de Honduras.

Es tremendamente difícil imaginar algún tipo de solución a esta crisis que realmente pueda crear alguna especie de reconciliación nacional.

Si Zelaya vuelve, tendrá una parte importante de su país que se encargará de hacerle la vida miserable hasta las próximas elecciones en Noviembre, pero si no vuelve y Micheletti permanece en el poder, también tendrá una buena parte de la población hondureña que hará de su gobierno una montaña de 90 grados de inclinación.

A nivel internacional, Honduras encara la posibilidad de no ser aceptatada por la OEA y la ONU debido a la manera en que Zelaya fué destituido y porque ningún gobierno se pondrá del lado de un golpe de estado sin antes asegurarse que los fuegos de esa acción no les quemen la silla propia .

Entre tanto, en Venezuela “Retirarán concesión radioeléctrica a 240 emisoras de radio y 45 canales de televisión” por transmitir información considerada falsa por el gobierno.

Las ironías en esta situación siguen creciendo pues mientras se critica desde Venezuela la represión del nuevo gobierno hondureño, por demás criticable, el gobierno venezolano lleva a cabo su propia censura mediática y, además, básicamente ha destituido al alcalde democráticamente elejido de Caracas e ignorado instituciones contempladas en la constitución venezolana sin levantar el más mínimo sonido desde la sede de la OEA (por cierto que el alcalde de Caracas acaba de iniciar una huelga de hambre en sede de la OEA en esa ciudad).

Las consecuencias del asunto hondureño afectan más allá de las fronteras de ese país, afectan las relaciones internacionales, las solidaridades centroamericanas y americanas en general y ciertamente, lanzan luz sobre los procesos en otros países que, aunque se encuentren en ardua labor tratando de “restautar la democracia” hondureña tienen problemas con sus propias democracias locales (excepto, claro está, en el caso de Cuba por donde la democracia no se ha asomado en 50 años lo que no parece impedirles dar recomendaciones de cualquier manera).

Como dice el dicho venezolano: “Amanecerá y veremos”.